La importancia de la gloria de Jehová (Ezequiel 43:1–5)

Cuando un árbol se ha despojado de su follaje perdió su gloria.

Cuando la moral de una nación es dudosa ha perdido su gloria.

Cuando la vida cristiana pierde su celo espiritual es sin gloria.

Israel había perdido su gloria, la gloria de Jehová no estaba en el templo.  V.3

Perder la gloria es la peor pérdida por estar ligada con la eternidad.

Son ejemplos, Noé, Abraham, Lot, Sansón, David, Salomón, Jonás, Pedro.

 

1.     Satanás quiere que perdamos la gloria.

En los días de Elí el arca era símbolo de la gloría de Dios.

Cuando le anunciaron que fue capturada, se desplomó y murió.  1Samuel 4:15-18

La mujer de Finees al saber la catástrofe, dio a luz un hijo y murió.  1Sam. 4:19-20

Al morir le pusieron al hijo “Icabod” que significa “La gloria perdida”.  1Sam. 4:21-22

Más tarde la tragedia fue peor al ser llevados cautivos.

En Babilonia, sin templo, sin sacerdotes, sin arca. (Sal. 137:1-6).

 

2.     Jehová quiere que conservemos su gloria

Vemos primero, la gloria en la puerta, luego al umbral, (Ezequiel 8:4; 9:3).

Después sobre querubines, finalmente al monte. (Ezequiel 10:18; 11:22-23).

Paso a paso, como si Dios no tuviera ganas de dejar a los suyos.

Lentamente, cual un padre arrojado por su hijo, se va quebrantando.

Bañado en lágrimas, espera que haya arrepentimiento.

 

3.     ¿Por qué corremos tal riesgo?

Porque se apartaron de Dios, y otros dioses ocuparon su lugar.

Como Dios no puede compartir su gloria con otros, tuvo que irse.

Sobre la puerta de muchos templos podría escribirse “Icabod”.

Como la iglesia de Éfeso que perdió su primer amor. Apoc. 2:4

Como la de Sardis, que tenía nombre que vivía y estaba muerta.  Apoc. 3:1

Como la de Laodicea, que creyéndose rica estaba muerta y desnuda.  Apoc. 3:17

 

4.     El regreso de la gloria

El mensaje de Ezequiel, no termina con el retiro de la gloria.

Nuestro pasaje registra el regreso de la gloria del oriente.  V.2-5

Visión profética que espera su cumplimiento literal en Israel.

Pero en Jesús, nosotros vimos su gloria como del Unigénito (Jn. 1:14).

Aunque corporalmente se fue, nos dejó al Consolador para siempre.

Tenemos la gloriosa promesa de su regreso. (Hch. 1:11; Jn. 14:16).

¡Hoy podemos ser llenos de la gloria de Dios por medio del Espíritu Santo!

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Pastor Hispano de la Primera Iglesia Bautista de Hammond Indiana. Felizmente casado por 20 años con mi linda esposa Hna. Jessica Gomez. Dios nos ha dado 6 maravillosos hijos.
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